Introducción
En los últimos años se han ido popularizando toda una serie de tratamientos no quirúrgicos de rejuvenecimiento facial. Al no ser quirúrgicos evitan las incomodidades, riesgos y recuperación prolongada asociados tradicionalmente a la cirugía, y por supuesto el miedo natural que todos sentimos a pasar por el quirófano. Pero su ventaja no queda limitada a ese aspecto, sino que realmente a través de estos tratamientos se puede conseguir un efecto verdaderamente rejuvenecedor sobre aspectos del envejecimiento que la cirugía no puede resolver. No obstante, aunque raros, estos tratamientos también tienen sus riesgos, por lo que su técnica y el buen juicio en su uso es decisivo.
Hace ya más de 20 años que realizamos tratamientos de REJUVENECIMIENTO NO QUIRÚRGICO. En todos estos años hemos asistido a la aparición y desarrollo de materiales de relleno (reabsorbibles y permanentes), al perfeccionamiento en su empleo, al advenimiento de la neuromodulación para tratar arrugas de expresión, a los tratamientos de “revitalización cutánea” mediante inyecciones de vitaminas y ácido hialurónico no reticulado, y así un largo etcétera. Y lo que nos quedará por ver. Es también verdad que junto a técnicas y materiales útiles y que realmente consiguen el efecto pretendido, también aparecen otras técnicas que el tiempo acaba relegándolas al olvido por su falta de eficacia o de seguridad. Al final el tiempo acaba poniendo todo en su sitio. Pero en cualquier caso se han ido abriendo unas posibilidades que eran impensable hace solo unos años.
Los signos y el proceso de envejecimiento
En el envejecimiento facial participan de forma variable varios mecanismos, cada uno de los cuales va dejando su huella. La genética y la distinta incidencia de los factores ambientales (exposición solar, tabaquismo, alimentación, cambios de peso…) sobre cada uno de nosotros condicionan la forma en que el paso del tiempo irá cambiando nuestros rasgos.
Lo que separa estas dos imágenes de la misma mujer es solo el tiempo. ¿Qué ha pasado?. ¿Cuáles son las diferencias?. ¿Cómo podemos restaurar la situación?. Intentemos, a modo de ejercicio mental, analizarlas.
Actualmente tenemos un mayor conocimiento de los efectos que el paso del tiempo va produciendo en el rostro, y esto nos permite ser más específicos a la hora de tratar los signos del envejecimiento. Incluso podemos adelantarnos a la aparición de sus primeros signos con alguna de estas técnicas sin cirugía. Una intervención a tiempo en el proceso natural del envejecimiento puede frenar ciertos acontecimientos de forma considerable.
Vamos a intentar profundizar un poco en todo este tema de una forma práctica.
A los 35 años.
A los 55 años.
Con los años la piel y resto de tejidos de la cara cambian sus características y su apariencia. La PIEL con los años va perdiendo turgencia y se hace menos elástica, lo que facilita que vayan apareciendo arrugas en aquellas zonas sometidas a una mayor acción de la musculatura mímica de la cara. Ese es el origen de las llamadas arrugas de “expresión”. Este salen fundamentalmente en la región periorbitaria, (“patas de gallo”), en la región frontal, glabelar (entrecejo), las mejillas, y el labio superior (“código de barras”).
Por otro lado la gravedad va ejerciendo su efecto en los tejidos con el paso de los años, dando lugar a la aparición de flaccidez en distintas zonas de la cara. Como los volúmenes de la cara también cambian por efecto del envejecimiento, acumulándose grasa en unos compartimentos grasos mientras que se reducen en otros, la acción combinada y variable de todos estos factores en una persona concreta serán responsables de su cambio de apariencia con el transcurrir de los años.
Un buen análisis de lo que ha ocurrido en cada paciente concreto nos ayudará a tomar las mejores decisiones respecto a los tratamientos de rejuvenecimiento que debemos emplear. Por eso nos gusta ver fotos de cuando ese paciente que nos consulta era más joven.
Empezaremos pues hablando de los tratamientos encaminados a restaurar los volúmenes faciales y a camuflar los signos que provocan la flaccidez de los tejidos, es decir vamos a hablar del REJUVENECIMIENTO CON RELLENOS FACIALES.
Radiofrecuencia Fraccional Morpheus®
Morpheus® en un tratamiento que libera pulsos de radiofrecuencia a través de unas microagujas que se introducen en la piel a distintas profundidades según el objeto del tratamiento. La radiofrecuencia produce el calentamiento del tejido alrededor de esas microagujas, generando áreas de destrucción tisular rodeadas por zonas donde el calentamiento no llega a producir la destrucción del tejido pero que son estimuladas para que se genere en ellas nuevo colágeno. Esto es particularmente importante para mejorar la elasticidad de la piel y su apariencia global. Todo ello se hace a una profundidad controlada y variable y sin dañar de forma significativa la capa más superficial de la piel, lo que disminuye mucho los tiempos de recuperación.
Morpheus® sirve para tratar:
- Arrugas finas
- Trastornos de la textura cutánea (cicatrices, poros dilatados, fotoenvejecimiento…)
- Flaccidez superficial
- Estrías
Duración
45 min
Anestesia
Crema anestésica
A veces con anestesia local
Ingreso
Ambulatoria
Recuperación
Incorporación laboral
3-5 días
Tratamiento de arrugas de expresión
El tratamiento de este tipo de arrugas puede hacerse con enfoques distintos en función de la situación concreta de cada paciente. Una de las opciones consiste en relajar temporalmente aquellos músculos cuya contracción continuada o mantenida son responsables de estas arrugas o pliegues.
El empleo de estos tratamientos puede iniciarse incluso antes –uso preventivo– de que la acción repetida de los músculos sobre esas zonas de la piel marquen las arrugas. Tras muchos años plegándose la piel de la misma manera las arrugas aparecen no solo cuando se activan esos músculos sino que persisten también cuando los músculos están en reposo. Podemos bloquear ese proceso de evolución y profundización de las arrugas relajando la musculatura mímica responsable de las mismas.
Sin embargo, cuando esas arrugas están presente también en reposo (arrugas de reposo) puede ser preciso su tratamiento mediante inyecciones con algún material de relleno (generalmente ácido hialurónico), o incluso puede ser conveniente algún procedimiento ablativo (láser o dermoabrasión).
Rejuvenecimiento con inyecciones de material de relleno
El tratamiento de las arrugas mediante materiales de rellenos es un procedimiento antiguo. Ya se empleó para este fin materiales que hoy están prohibidos, como la silicona líquida (llamados a veces de forma eufemística biopolímeros) o la parafina. El primer producto, realmente seguro y eficaz para este uso fue el colágeno, pero tenía el inconveniente de la posibilidad de reacciones alérgicas al mismo, por lo que era precisa la realización de un test previo para descartar esa posibilidad. Además sus resultados eran poco duraderos -en el entorno de los 3 meses-.
Actualmente, de la mano sobre todo de los ácidos hialurónicos, las posibilidades de tratar estos defectos de la piel se ha multiplicado enormemente. Y hablamos de ácidos hialurónicos en plural porque son muchos los tipos de productos a base de ácido hialurónico y no todos sirven para todas las indicaciones (tipo de arrugas o pliegues), ni duran lo mismo. También hay diferentes precios y calidades, hecho este que hemos tenido la oportunidad, por todos los años que llevamos haciendo estos tratamientos, de comprobar. Siguen apareciendo nuevos productos y lo que hace unos años nos parecía imposible conseguir, hoy está al alcance de la mano. Otros productos como la hidroxiapatita cálcica (Radiesse), el ácido poliláctico (Sculptra), policaprolactona (Ellansé) también son empleados para tratar los signos del envejecimiento, pero en nuestra opinión no para tratar arrugas propiamente dicha, sino surcos, pliegues o desequilibrios de los volúmenes faciales.
- Surco de las lágrimas
- Surco Nasogeniano
- Surco de marioneta
- Prejowl
- Pérdida de volumen en pómulo
La técnica consiste en infiltrar (inyectar) la zona deprimida de la piel que constituye la arruga o surco a tratar con ese producto. O bien aportar volumen a la zona de la cara que lo ha perdido. Para esa infiltración se emplea bien una aguja fina o bien cánulas, que son como agujas pero sin punta. Con las cánulas la probabilidad de producir equímosis (cardenales) y otras complicaciones disminuye, sobre todo cuando se tratan zonas más delicadas. Es una técnica prácticamente indolora, que se realiza en consulta, y que tiene una recuperación nula o mínima, por lo que tienen una gran aceptación.
El envejecimiento, como antes comentábamos, se produce a través de varios mecanismos. Uno de ellos es la pérdida de volumen de algunos compartimentos grasos de la cara. No ocurre con igual intensidad en todos los individuos, pero comúnmente es uno de los primeros signos faciales de que vamos cumpliendo años y puede estar presente en la tercera década de la vida. La pérdida de volumen del compartimento de grasa situados en la zona anterior de la mejilla hace que la piel de esa zona tienda a descender, profundizando el surco nasogeniano -2- (el localizado a ambos lados del labio superior). Por otro lado, al quedar con poca cobertura la zona del reborde orbitario se visible el surco nasoyugal o surco de las lágrimas (tear trought) -1-. Si aportamos el volumen perdido en ese compartimento graso mejoraremos esos dos signos de envejecimiento y la cara aparecerá globalmente más atractiva.
El descenso de la grasa de la porción lateral de la cara resta volumen a los pómulos -5- y da un aspecto más cuadrado a la cara. Aportar volumen y proyección a los pómulos puede rejuvenecer y devolver a la cara unas proporciones más armónicas y juveniles.
El otro mecanismo de envejecimiento que podemos tratar a través de los materiales de relleno es la caída o descenso de la grasa y la piel de la mejilla. Este descenso hace que la línea de mandíbula se desdibuje -4- y a ambos lados del labio inferior aparezcan los conocidos como pliegues de la amargura o de marioneta -3- El relleno de esos surcos al igual que el de los nasogenianos (los que aparecen a ambos lados del labio superior) ayuda a mejorar la apariencia y a dar un aspecto rejuvenecido.
El relleno lateral y craneal a esos excesos cutáneos con materiales de rellenos de los que inducen una respuesta de producción de colágeno en los tejidos (Hidroxiapatita cálcica –Radiesse– y Ac. Poliláctico –Sculptra-) pueden producir cierto efecto tensor en la mejilla y mejorar el aspecto global. Realmente no es que los tejidos se tensen, pero por un lado estos rellenos mejoran su consistencia, haciéndolos más resistentes a la aparición de pliegues en determinados gestos, y por otro lado el volumen que aportan vuelven a armonizar las distintas partes de la cara.
Mejorar la apariencia y proporciones propias de la juventud en lugar de atender o tratar un defecto concreto, como un surco o una arruga en particular, hizo que un conocido cirujano plástico canadiense -Arthur Swift– acuñara el nombre de BEAUTIPHICATION para definir este objetivo más elevado de EMBELLECIMIENTO global por encima del tratamiento aislado de tal o cual defecto. Se busca así mejorar las proporciones que se han perdido como resultado del envejecimiento o bien dar una armonía al rostro de la que nunca se ha disfrutado.
Hay personas con un desarrollo deficiente de algún área facial que es responsable de una apariencia global no atractiva. Tratar esta o cualquier otra desproporción puede dar muchísimas satisfacciones.
Es el momento de mirarse al espejo, buscar una foto de hace unos años y ver qué ha cambiado, probablemente si tenemos más de cuarenta, ya estén apareciendo alguno de los signos que aquí hemos descrito. Si es así no pierdes nada por consultar y ver que se puede hacer para revertir el paso del tiempo.
En estos tratamientos, como siempre, buscamos la NATURALIDAD y evitamos que los tratamientos que realizamos den un aspecto artificial y retocado a nuestros pacientes. APROVECHA NUESTRA LARGA EXPERIENCIA EN ESTE CAMPO Y DÉJATE ACONSEJAR.
DURACIÓN DE LOS RESULTADOS: El resultado tras estos tratamientos son temporales. No empleamos materiales permanente porque existen riesgos de intolerancia-rechazo a largo plazo, que en nuestra opinión no merece la pena correr. El ácido hialurónico es un material reabsorbible, en un plazo de tiempo variable en función del tipo que se ha empleado. Este varía entre los de 6 meses de los hialurónicos más fluidos (que generalmente se emplean para tratar arrugas superficiales) y los 24 meses de los más densos y que son empleados para tratamientos de surcos profundos o déficit de proyección del esqueleto facial. Si queremos mantener el resultado será preciso realizar «retoques» periódicamente para ir reponiendo el hialurónico que se va reabsorbiendo. Con otros materiales que empleamos el mecanismo es algo diferente. Tanto el ácido poliláctico, como la hidroxiapatita cálcica como la policaprolactona, actúan induciendo una respuesta en el tejido donde se ha inyectado. Esa respuesta que es distinta según el material empleado, generalmente supone la síntesis de nuevo tejido por parte del organismo, que finalmente es el responsable del volumen y efecto clínico que producen. Estos “inductores de tejido o bioestimuladores” pueden aportar beneficios adicionales y distintos a los productos de ácido hialurónico. La duración de los efectos con los mismos suelen ser más prolongados que con los hialurónicos, en términos medios, pero sus usos difieren entre si.
Revitalización y rejuvenicimiento cutáneo
Como resultado de la edad y la acción de los agentes externos sobre la piel -sobre todo la exposición al sol- la piel va perdiendo sus características, se hace más mate, van apareciendo arrugas, pierde turgencia y nivel de hidratación. Para tratar ese envejecimiento, lo más apropiado son las infiltraciones superficiales -en forma de mesoterapia– con ácido hialurónico.
MESOTERAPIA CON ÁCIDO HIALURÓNICO
Son tratamientos consistentes en infiltrar la piel con ácido hialurónico, que al ser una molécula que retiene agua, ayuda a mejorar la turgencia y nivel de hidratación de la piel. El tipo de ácido hialurónico que se emplea para estos tratamientos es distinto al de los rellenos de arrugas, surcos o los empleados para voluminización facial. Su densidad es menor y el grado de reticulación de las moléculas (unión entre unas moléculas y otras) es bajo o bien inexistente, para evitar crear resaltes en la piel, pero también la duración del efecto es menor que el de los otros tratamientos de relleno, pues son productos que se reabsorben antes (generalmente entre3 y 6 meses).
Dermoabrasión perioral
Para el tratamiento de arrugas e inestetismos cutáneos periorales empleamos procedimientos como el peeling o la dermoabrasión, según el color y grosor de la piel, como alternativa al láser de CO2 o la luz pulsada (IPL). Tras algún tiempo realizando tratamientos de las arrugas peribucales mediante resurfacing con láser de CO2, hemos podido comprobar que la dermoabrasión da igual resultado con una recuperación más confortable y rápida.
La dermoabrasión se emplea para tratar esas arrugas que se ha venido en llamar como «código de barra». Las técnicas de relleno en este tipo de arrugas funcionan y dan buenos resultado pero si se trata de pliegues más que de arrugas profundamente marcadas en la piel, y siempre que la piel conserve cierta elasticidad. Pero incluso en casos favorables para técnicas de relleno si las arrugas son muy numerosas el volumen que habrá que inyectar puede llegar a ser excesivo e incompatible con la naturalidad de ese labio. Si esa es la circunstancia o si la piel es poco elástica (en cuyo caso las arrugas difícilmente mejoraran con un relleno) necesitaremos recurrir a un procedimiento ablativo, como la dermoabrasión. En ocasiones combinamos ambos procedimientos pues coexisten en el mismo paciente condiciones susceptible de beneficiarse de ambas terapias. Podemos rellenar las arrugas más profundas, lo que permitirá una dermoabrasión menos agresiva y por tanto con una recuperación mejor.
Durante este procedimiento de dermoabrasión lo que hacemos es remover las capas más superficiales de la piel y con ellas las arrugas que asentaban en las mismas. El proceso de reparación tras esa agresión termina por remodelar el tejido cutáneo del labio, con la deposición de nuevo colágeno. Los resultados son francamente buenos y muchísimo más duradero que el de los rellenos (más de cinco años), pero tiene un periodo de convalecencia que es mayor que el de los tratamientos de relleno.
Tiempo: Aproximadamente entre 30 minutos y una hora.
Anestesia: local. Es un procedimientos ambulatorios (sin ingreso).
Recuperación: Durante 5-7 días las zonas del labio que han sido tratadas estarán cubiertas por una costra. Al caer la misma, la piel presentará un aspecto sonrosado durante algunas semanas, que se camufla con maquillajes especiales. La zona tratada deberá protegerse del sol con cremas solares durante algún tiempo.
Aumento de labios
Desde hace bastante tiempo el aumento de los labios se ha convertido en un procedimiento muy frecuentemente realizado. En el labio solo empleamos ácido hialurónico. Dado que es una zona muy sensible generalmente empleamos anestesia local.
Podemos modificar y mejorar distintas estructuras:
- Labio cutáneo: Déficit de volumen, arrugas verticales (“código de barras”) y alargamiento (aspecto “caído”) son los trastornos más observados en el labio superior.
- Perfilado de los labios: Por pérdida del volumen y proyección del reborde del rojo labial. Suele afectar a ambos, superior e inferior. Una infiltración en esta zona puede rejuvenecer un labio que por efecto del envejecimiento haya perdido la proyección propia de la juventud. La pérdida de consistencia a ese nivel es responsable de la aparición de arrugas a este nivel.
- Déficit volumétrico del rojo labial: Modificación del volumen, habitualmente por pérdida del grosor labial. Estas modificaciones de los labios permiten cambiar significativamente la región labial -se habla incluso de “esculpido labial”. Se pueden realizar aisladamente o en el contexto de perfiloplastias (que incluyen tratamientos de la nariz y el mentón).
Finalmente, recuerde que no podemos detener el proceso fisiológico de envejecimiento; es un factor más para que sea preciso realizar procedimientos de mantenimiento de los resultados (Programas de mantenimiento facial).