Es evidente que una de las cosas que más preocupan y que más se demandan es mejorar la calidad global de la piel. Por ello, hoy vamos a hablar del tratamiento skinbooster.
El envejecimiento lleva aparejada una serie de cambios ultra estructurales de la piel que se traducen en una pérdida de turgencia de la misma, con la aparición de arrugas y un aspecto desprovisto del brillo propio de la juventud.
La piel tiene dos capas, una más superficial -la epidermis- y una más profunda y más gruesa -la dermis-. Esta última está formada por un armazón de fibras de colágeno y elastina, así como otras sustancias como el ácido hialurónico. Con los años las células responsables de la fabricación de esas fibras de colágeno -los fibroblastos- van perdiendo eficacia, lo que se traduce en una pérdida gradual de esa estructura de colágeno. El resultado es que la dermis se vuelve menos densa y resistente, y eso genera alguno de los signos que asociamos a la pérdida de la juventud de la piel.
Hay varias estrategias para intentar revertir ese envejecimiento estructural de la piel, y uno de ellos es la terapia mediante la inyección de unas formulaciones de ácido hialuronico especiales, los denominados como Skinbooster.
No debemos confundir esta terapia con la mesoterapia. En esta última se emplea inyecciones superficiales con ácidos hialurónicos no reticulados. La reticulación de las moléculas de ácido hialurónico consisten en añadir enlaces artificiales entre las cadenas del mismo para retrasar la degradación de las mismas por las enzimas (hialuronidasa) naturales de nuestros tejidos. Esto permite que ese ácido hialurónico inyectado permanezca durante algunos meses en la zona donde se inyectó. A veces en lugar de hablar de reticulado hablaremos de estabilizado.
¿Cómo funciona skinbooster y cuántas sesiones se necesitan?
Los tratamientos con Skinbooster se realizan con ácidos hialurónicos reticulados, aunque con poca reticulación. Al ser reticulados la inyección se realiza en la dermis más profunda, pero su efecto es distinto que con las inyecciones más superficiales con hialurónicos no reticulados. Por un lado su efecto de hidratación es más prolongado, y por otro lado al ser más densos (por la reticulación) estimulan a los fibroblastos para que fabriquen más colágeno de tipo 1, que es el componente fundamental de la dermis. Ese efecto reestructurante a nivel microscópico sobre la piel tiene su traducción en una mejora en la calidad de la misma, demostrada en los múltiples estudios que se han llevado a cabo a lo largo de los últimos años.
Como se trata de ir hidratando desde dentro a la piel a la vez que se estimula la misma para que se regenere el colágeno perdido con los años, estos tratamientos deben realizarse de forma seriada, en sesiones programadas. El número de sesiones de iniciales así como las de mantenimiento dependerán del grado de envejecimiento y de la zona a tratar.
Estas técnicas se utilizan tanto en cara, como cuello, escote y manos. Nosotros las realizamos con anestesia local tópica, consistente en aplicar una crema anestésica, que hace que el tratamiento sea prácticamente indoloro. Tampoco precisa de un tiempo de recuperación. El efecto dura aproximadamente 6 meses, y ese es el plazo habitual para realizar una nueva sesión de mantenimiento.
Podría plantearse su empleo no solo en estados más avanzados de envejecimiento sino en casos precoces como un método para retrasar el mismo. Es un arma terapéutica poderosa en nuestra lucha contra el efecto del paso de los años.
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